miércoles, 27 de mayo de 2009

De zapatos

No lo niego, la vista es linda. Aunque me cuesta llevarle el paso a mamá. Claro, para mis demás hermanos es facíl. No sólo son más grandes sino que tienen menos hambre. Nunca entendí por qué tenía hambre todo el tiempo. Así como tampoco entendí a que fuimos de paseo al cerro de Chapultepec. ¡Cómo perdirle una golosina a mamá si a duras penas podía mantenernos! Ni hablar. Sigo andando con unos zapatitos ni muy viejos, ni muy nuevos, pero que todavía sirven. ¡Ah que dificíl andar rápido y en un camino empinado! Estará muy lindo el "castillo", pero cómo es duro subir. Yo no se que le ven a la casa del presidente, mi mamá dice que en la Cámara, donde friega pisos, le dijeron "-¡Ándele madre, lleve a sus escuincles, que se ve rechula la ciudad!" Para nuestra sorpresa no pudimos llegar muy arriba, lo están volviendo museo y no pudimos llegar.

Sentadita en la orilla del camino estirando las piernas hacia el despeñadero me aflojé los zapatos. Miré con mucho cuidadito ese bosque: ¡tan verde y tan grande!, y sin embargo, no se parecía a mi pueblo. Se hizo un silencio entre todos, como si entendieramos que esta polvorienta y semiverde ciudad se convertiría en nuestra vida. Una lágrima rodó por el rostro adusto y casi fúnebre de mi madre mientras miraba el mismo espectáculo con nosotros. De repente sentí un pie frío y una mejilla caliente. La mirada de águila de mi madre notó como mi zapato rodó por el cerro, su reacción natural fue una bofetada. No dijo nada, asume que soy demasiado distraída y un poco tonta. Mis hermanos me ayudan a levantarme, entre dientes uno me dice "-Sueñas demasiado manita". Bajé el cerro con un zapato sí y otro no. Mi madre estaba trinando de rabia despues entendí que en esta ciudad no se anda sin zapatos si pretendes que te respeten.

2 comentarios:

  1. ve?
    no le dije que hila fino?

    excelente forma de empezar el blog, justo con el pie derecho (aunque sin zapato)

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  2. Gracias que amable! tenía muchas ganas de empezar esto. Mi abuela lo contaba como una desgracia. Creo que en 1940 los zapatos eran más caros.

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